miércoles, 26 de diciembre de 2012

FIN


La tierra del fin del mundo



La ola infinita
Cruzo la puerta hacia fuera ..umm.. otra vez esas plantas
Fin de las plantas agonizando en las escaleras de mi edificio,
me harté de verlas muriendose poco a poco, espero que alguien
las aproveche ¡pesaban carajo!. Eran de una vecina que se marchó
y aunque no las quise, me las dejó al cargo.
Cuando entro por la puerta, me olvido de las plantas y procuro, de lo que está afuera; me
dispongo a disfrutar con mi familia y del sofá, mi cuchitril y
otras labores.. arreglo un poco la casa. Me relajo,  cojo
fuerzas con una cabezadita y salgo afuera a ver que hay y las
veo otra vez. ¡Oh cielos que horror!.
Este fín de año, como muchos otros, me toca terminar con ese
sinfin de pequeñas cosas que ocupan mi tiempo-espacio y me
molestan a la vista. Reparar, limpiar, acabar, cambiar y mejorar
mi "paisaje cercano".
Salgo y entro todo el rato, pa' dentro y pa' fuera haciendo y
desandando, termino y empiezo una nueva tarea, una idea, una
cuestión y así hasta el fin de la vida,  componiendo  una manta
infinita de trocitos de colores en la que cada color tiene un
tamaño final.


Nuria


























miércoles, 28 de noviembre de 2012

color

azul


Los azules en mi casa

Cris

Del negro al blanco
Blanco el Teide y la arena, negras las piedras que la rodean, del negro al blanco el pelo de mi perro.



El verde de los aloes reluce tras engordar su piel seca y ocre.
Marrón es la tierra, el cuarto elemento de nuestro planeta. Y el
cielo  ¿es azul?

Rojos y amarillos los cielos de mi país siempre cambiante
Azul es el mar oscuro y  verde y blanco, pero sobre todo es azul. La tierra marrón y gris, ocre  y mas colores.

Percepciones del cerebro,  luces que son  absorbidas por
objetos que curiosamente miramos.

La suma de todos los colores es  el blanco y la ausencia de color es negra y si no hay luz, todo se ve en blanco y negro.

Nuria



mi último mandala... color y mas color


Noemí










domingo, 28 de octubre de 2012

Cielos de otoño


Arriba de la Montaña 140 y pico metros 
(Foto: Cristina Fernandez Romero)

                                         
                                             Los mismos metros vistos desde abajo
                                                 (Nuria)

El morro de la Montaña, la llamamos así, despertando al espectacular color del otoño, testigo mudo de lo que en mi casa acontece, me mira y le miro de frente  y le digo espera, que voy pa' arriba cuando claree un poco y desde el vértigo de la altura contemplamos la bondad del terco Atlántico. Zumo ácido de una naranja deleitada como miel de dioses al borde del abismo, miedo y paz a la vez, me calma y activa los sentidos , el olor a silencio, la vista a lo lejos, el cielo con sus caprichosas nubes de complicados nombres y difíciles acertijos, lloverá?. En otoño nunca se sabe de que color nos sorprenderá ese espacio que tenemos encima y que tanto me gusta y complace.

                                                                                

Antes que acabe el mes me gustaría hablar un poco de él, de octubre. No sé desde cuándo lo sé pero sé hace tiempo que es para mí el mes más querido del año. Quienes hace tiempo me conocen lo saben, saben de mi devoción y ñoñería por este mes porque me repito cada octubre y casi cada día de este mes.

Cuando estoy cansada del calor del verano deseo que llegue: el cielo nítido, azul intenso, nubes blancas, rojas, naranjas, rosas;  noches estrelladas; los más sobrecogedores amaneceres y atardeceres que pasan por todos los colores. Las primeras aves migratorias llegan a mi ventana. Las primeras lluvias, el olor a tierra mojada; el tiempo más fresco. Estoy aburrida de las sandalias y estoy deseando ponerme unas botas y un pañuelo alrededor cuello.

Este octubre no he sacado fotos porque ahora mismo no me funciona ninguna cámara, se me ha escapado este año. No importa, en los sentidos han quedado grabadas las arenas que llegaron más lejos que nunca este año, las estrellas de las seis de la mañana, la vuelta a casa después de la piscina recién salido el sol, los primeros rayos sobre las plataneras bajando por El Hinojal,... Suspiro.

 Algunos octubres de mi colección

 Cris.

Rosi Marrero,
directora de márketing,
este otoño.

         

domingo, 30 de septiembre de 2012

Vuelta al cole


LA LLAMITA DE LOS NUEVOS DESEOS
     
     Suelo comenzar el curso con el ánimo bajo, tristón, envuelta en síntomas depresivos, cansada, deseosa de no separarme de las sábanas por la mañana, con ganas de derramar unas lágrimas en cualquier esquina y con cualquier pretexto. Es el otoño. Varios años y algunas teorías psicológicas parecen demostrarlo. El otoño y la personalidad fácilmente abatible. Y un inicio de curso en que se me renuevan los miedos a si voy a llegar a fin de mes o a fin de año, a si voy a la deriva o si camino en alguna dirección. Y unas hormonas que andan periódicamente dejándome patas arriba, expuesta a mis vanales dolores. No es, eso sí, el tan cloqueado síndrome de vuelta al trabajo.
      Pero no es todo marrón en Septiembre. En Septiembre acaban las vacaciones escolares y empieza el nuevo curso. Desde pequeñita respirando este ritmo. Ahora, por hábito, automáticamente, el cuerpo se pone en disposición de empezar otra vez. Pero ya no estoy en la escuela, ni trabajo para empresa alguna, la nueva etapa depende bastante, mucho más de lo que me parece, de mis decisiones. Así que, allá adentro, me sale una llamita con nuevos deseos, nuevos propósitos, retos por afrontar. A todos nos pasa. El dios Empresa que todo lo abarca, lo sabe: en estos días se publicitan  cursos de idiomas, colecciones de muñecas de porcelana, de perritos de peluche, enciclopedias por fascículos... Y quiere hacernos creer que todos estos propósitos y algunos más, televisados o no, provienen de nuestra llamita de los nuevos deseos. A veces lo consiguen. Por poco tiempo, eso sí: las colecciones, los cursos, los propósitos condicionados, no suelen llegar ni a diciembre. Y es que es una chispa sin calor que diseña gente sin imaginación para gente que no escucha su creatividad.
     La llamita de los nuevos deseos es tan personal, quiere cosas tan nuestras, tan íntimas, que no tienen nada que ver con los “debería” (ir al gimnasio para mejorar el tipo, estudiar ofimática para…) ni con lo que se espera de nosotros. Está tan conectada con nuestra zona lúdica, entusiasta, deseosa de una vida nueva, que encorsetarla en lo que se supone que es correcto, o nos da créditos, o un título para el currículum, es como enjaular a la niña que fuiste, ávida de aprender, de arriesgarse, de desarrollar su propia y personal rareza. 
     Antes de hacer tu lista anual de propósitos para el nuevo año, mira adentro, siente la llama y escúchala. Ella sabe.
     Yo no la oigo bien todavía, quizá por falta de valor, por desconexión, comodidad… así que mis nuevas intenciones, mis listas de septiembre, vuelven a caer una y otra vez en lugares comunes, pero sé, eso sí, que algunos son lugares comunes míos, importantes para mí. 
     Este año espero descubrir, además, un deseo, ¡o más!, nuevo, diferente, divertido, apasionante, que dé un giro al camino, cuyo calor quizá aún no he sido capaz de sentir en la llamita profunda que me mantiene viva y que da sentido a todo lo demás.


Septiembre 2012
Rosi Marrero










lunes, 27 de agosto de 2012

Una tarde de verano

(Con permiso)
castillos de arena
Julio muy cerca de agosto

 Noemí



Agosto Verano Sol Contraluz Amistad
Cris



"una tarde de agosto",
Rosi Marrero





Nuria

sábado, 14 de julio de 2012

recetas



receta para una tarde de sábado,
Rosi









Tengo algunos libros y libretas, de recetas de cocina, de esmaltes cerámicos,mezclas de pintura, dos de rojo una de azul, de mejunjes varios ( aceite, jabón y cosas asi),  mezclas de sustancias para manchas, etc.
Los que más abundan son los de el arte de cocinar.
Una vieja libreta, mi primer cuaderno de cocina decorado con dibujos infantiles de mi hijo, me encanta ,aunque está algo rota, libros elegidos para el gran chef" que tengo en casa; una libreta de tapas duras que mi madre escribió a mano con sus recetas para cada hijo (5), recetas de ricos postres que solo ella sabe hacer de la forma que a mí me gusta.
 Recetas, que en  manos distintas producen resultados distintos, siendo esto consecuencia de otras actuaciones y elementos.















jueves, 14 de junio de 2012

ropa



corrían nubes...


¿Qué me pongo... ?
Tras la ropa, tres mujeres: Nuria, Emma, Rocío
Cris.